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jueves, 24 de junio de 2010

Nueva norma sobre las elecciones de la autoridades de la universidad peruana

He leído el texto sustitutorio de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte del Congreso de la República del Proyecto de Ley titulada “Ley que democratiza las elecciones de la autoridades de la universidad peruana”. Algunos puntos me gustaría comentar.

En principio, una parte negativa de la Ley universitaria 23733 dada en 1983 era la elección de las autoridades universitarias, la cual delegaba a unos representantes (profesores y alumnos) la decisión de elegir al rector y al decano. Esto es como elegir a los congresistas y que luego ellos decidieran quien sería el presidente del Perú. Como todos los peruanos sospechamos esto llevaría a componendas y ciertas malas artes.

Lo mejor es el voto universal de los docentes y alumnos para elegir al Rector y Decano. Extrañamente en el otro proyecto de ley 4129/2009 proponían la ponderación siguiente: profesores 40 %, estudiantes y graduados 30%, administrativos 20% y obreros 10%.

El proyecto de ley con nuevo texto (modificado) señala:



Parece ser que en el texto final se señala: “votación universal, obligatoria, directa, secreta y pacífica”. Eso de “pacífica” suena a una exageración. Imagínese un proceso electoral muy movido con ciertos inconvenientes y disturbios, pero nada graves. Como para unos esto no sería una elección pacifica, podrían pedir la anulación del proceso electoral.

Y para la elección del Decano es también, al igual que el rector de acuerdo con el artículo 35, por votación universal.

El Consejo de Facultad queda reducido a 9 miembros según:

El Consejo Universitario, ahora con 12 miembros donde queda fuera el representante de los graduados está integrado por:

La Asamblea Universitaria está ahora conformada por un máximo de 36 personas: el rector, vicerrector, representante de docentes, tercio estudiantil (pre y post grado) y graduados. Asimismo, se elimina el poder que tenía la Asamblea Universitaria para elegir al rector y vicerrectores.

El texto completo puede verse en
http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2006.nsf

La única crítica está en la eliminación del representante de los graduados en el Consejo Universitario que es el máximo órgano de gestión de la universidad. Por otro lado, es de resaltar la inclusión de los representantes de los alumnos del postgrado en los Consejos de Facultad, ya que muchas veces los alumnos de pre grado tomaban decisiones del postgrado. Asimismo, al igual que el Consejo Universitario donde está el Director de Postgrado, es razonable pensar que en el Consejo de Facultad también esté el director de la unidad de postgrado si esa facultad tuviera postgrado.


Si uno revisa todas las modificaciones de la Ley Universitaria 23733 y en vista de la actual situación de la universidad peruana, se hace necesaria una nueva ley universitaria que se discute desde hace años, pero que, por motivos interesados, no sale a luz.


La lentitud del debate y aprobación de la nueva Ley Universitaria (casi olvidada) contrasta con el paso acelerado que tuvo este proyecto de ley modificatoria sobre las elecciones de la autoridades de la universidad peruana, el cual fue presentado en este mes de junio de 2010 y aprobado antes que acabe el mes.


Asimismo, falta regular mejor la Asamblea Nacional de Rectores cuyo accionar no ha contribuido a la mejora universitaria y ha habido casos donde la han trabado. Por otro lado, existe un grupo pequeño de universidades que funcionan bajo el régimen empresarial, las cuales no son afectadas por las modificaciones y en donde la calidad académica está muy cuestionada ya que, extrañamente, ellas no se rigen por la Ley Universitaria.


Si uno estudia la normativa de la universidad peruana constata que se han dado leyes para parchar la original Ley Universitaria 23733 dada en el ya lejano año 1983 que no solucionan grandemente los graves y persistentes problemas que atraviesa el sistema universitario peruano. Es que no se entiende que los profesionales egresados de las universidades son las personas que van a causar un gran impacto en el desarrollo de nuestro país. En sus diferentes cargos y responsabilidades, los profesionales peruanos realizar una labor resaltante en todas las áreas: derecho, salud, arte, ciencia, letras, etc. Por ello, garantizar una buena formación universitaria es vital para el desarrollo de un país.


Si bien es cierto que esta modificación de ley tiene como se dice “nombre propio” es un avance, pero más significativo es una reforma integral universitaria. Asimismo, seria bueno que la comunidad univeristaria haga un mea culpa, ya que muchos problemas universitarios son causados precisamente por algunos integrantes de la propia comunidad universitaria.

miércoles, 16 de junio de 2010

Las vuvuzelas

El día que empezó el mundial sintonicé el canal 610 de DirecTV para ver el primer partido de la Copa Mundial Sudáfrica, pero escuché un ruido molestoso. Parecía que un enjambre de insectos estuviera dentro de mi televisor. Luego supuse que era un ruido por un problema de transmisión. Posteriormente, como el resto de los televidentes, supe que eran unos cuernos de plástico los que producen un ruido estridente y sumamente molestoso: las vuvuzelas.

Luego del partido y tras apagar la TV me eché a dormir, pero el ruido me había causado un pequeño dolor de cabeza que tardó un poco en pasar. La verdad que ese ruido es tan molesto que tengo que poner el volumen muy bajo cuando veo los partidos del mundial por la TV.

Yo que pensaba que en Lima las combis junto con los taxistas y colectiveros hacían de nuestra ciudad, una de las más ruidosas del mundo. Parece ser que los sudafricanos se llevan el primer puesto.

He escuchado que en el Reino Unido piensan poner unos dispositivos para filtrar ese estridente ruido. La vuvuzela bien tocada suena como un cuerno de caza, pero debido a la impericia de las personas que tienen el desatino de hacer sonar esas cosas y a que muchos las tocan al mismo tiempo en el estadio, el ruido resultante es hiriente para muchas personas. Ese ruido puede llagar a los 127 dB (decibeles) más que el sonido que hacen los claxon de los irresponsables choferes limeños.

Felizmente que los uruguayos le ganaron a los sudafricanos y acallaron a las vuvuzelas, pero como se han vendido miles de esos instrumentos infernales, tan solo esperamos los sufridos televidentes que las televisoras filtren eficientemente ese ruido diabólico que ya nos tiene hartos.

domingo, 6 de junio de 2010

Libro Ciudad de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe…


Acabo de leer el libro de Rolando Arellano y David Burgos que trata de los cambios ocurridos en nuestra capital del típico limeño debido a la migración de provincianos.

Yo que he vivido en la llamada Lima Conurbana (Lima Este) durante casi toda mi vida he visto y vivido muchos de los cambios que han ocurrido. Una particularidad no mencionada en el libro es que los habitantes de Lima Conurbana ocupan su vivienda no cuando la terminan, como sí lo hacen los de Lima Central, sino que apenas tienen un espacio basta una estera, unos plásticos, unas maderas y listo, ya la “casa” está ocupada. A medida que van progresando económicamente, van construyendo, ponen la columnas, el piso, luego el techo, y así a punta de trabajo, remodelan su casa y la mejoran hasta llegar a la casa de 3 o 4 pisos de material noble.

Paralelamente a la construcción de la casa van poniendo los servicios básicos de energía eléctrica, agua y desagüe. El teléfono, Internet y cable vienen después. Esto no siempre es así, en mi caso tuvimos desde los años 70 energía eléctrica y teléfono, pero no agua ni desagüe que llegaron a fines de los 80 y comienzos de los 90.

Luego de la casa ya se preocupan de las veredas y posteriormente de la pista, para lo cual el trabajo ya es de un grupo de vecinos y no por esfuerzo familiar, como es el caso de la construcción de la vivienda. Si los vecinos están unidos y son trabajadores logran, presionando a las autoridades y “poniendo de la suya”, obras como los servicios básicos, veredas y pistas.

Asimismo, he notado que muchas personas de Lima emigran por temporadas al sur a zonas como Lunahuaná o al centro como Cieneguilla o a Asia. Antes la gente iba Chosica. Asimismo, cuando estuve en el extranjero la mayoría de los peruanos con los que me encontré eran de la Lima Conurbana.

En el libro se pone un ejemplo muy ilustrativo de cómo realiza la compra el nuevo limeño. Según el libro, no busca lo más barato, sino la calidad. Con lo poco o mucho que tiene, compra el bien que sea de mejor calidad. Si tiene presupuestado; por ejemplo, 60 soles para comprar zapatos, él buscará por todas las tiendas aquella que le venda el mejor zapato cercano a ese precio. A diferencia de muchos gobiernos regionales o municipios, que licitan obras buscando lo más barato, el neolimeño busca calidad. Por ejemplo, muchas veces se ha visto que las licitaciones de carreteras las ganan empresas que realizan un pésimo trabajo con materiales de la peor calidad. Esa carretera no durará mucho, tras unos años o incluso meses, nuevamente se tienen que volver a construir y otra vez se comete el error de licitar por precios, no por calidad. De esa manera se gasta más de lo que se debería.

De esto se han dado cuenta los limeños. Si compro un zapato por 40 soles, pero me dura solo unos meses y luego tengo que volverlos a comprar y gastar otros 40 soles, prefiero la alternativa de gastar 60 soles por un buen calzado que sé que me va a durar unos cuantos años. En este último caso, en el global, gasto menos.

Un caso típico de un producto que ha mejorado su calidad es el vino. Antes me acuerdo que era muy difícil entrar vinos de calidad y su compra era todo un albur. A veces era bueno, otra malo. En Acho podrías haber encontrado una variedad de precios y de calidad, pero una marca de vino que en una temporada era buena, en la otra era pésima. Ahora ya no. Si compras un vino como Tacama, Queirolo o Tabernero, sabes que son buenos, de calidad, sea este año o el otro.
No pasa lo mismo con el arroz peruano. A pesar de ser de marca, no todas las temporadas salen igual. Algunas veces, unas rinden más que otras, en otras los cocinas igual, pero te sale diferente. No tienen un estándar del producto final.

En el libro menciona el estilo de vida y su influencia en los movimientos de los limeños de una zona a otra. Ponen como ejemplo el caso de unos chicos que no los dejaron entran a un centro comercial por su vestimenta. Es cierto. Hay personas (excluyendo la parte de prejuicio racial) que nunca irían a una discoteca tan sólo porque tienen una vestimenta no acorde con los asiduos asistentes a esa discoteca, a pesar de tener más dinero que ellos.

En una parte del libro se hace énfasis al prejuicio que se tiene (o tuvo) cuando se segmentó socioeconómicamente a los limeños en niveles tipo A, B, C, D ó E y se creyó que lo pobres son del C para arriba del alfabeto, con el sambenito de que eran tipos descuidados, irresponsables con su dinero, sucios, nada preocupados por el futuro de sus hijos, socialmente marginados, que era pobre porque quería ser pobre, que vivía en la miseria porque así lo quería él.

Las transformaciones sociales y económicas más relevantes se han notado en la llamada Lima Conurbana. Si observan bien la diferencia entre Magdalena del Mar y San Juan de Lurigancho de los años 70 a esos mismos distritos en la actualidad, verán un notable y significativo cambio en este último distrito.

La contribución de Arellano es darse cuenta que la clasificación de limeños por niveles A, B, C, D ó E era equivocada. Ahora postula su segunda versión de la clasificación de los limeños según los estilos de vida cuantificándolos por porcentaje del año 2009: sofisticados (7,7%), progresistas (20,8%), modernos (25,3%), adaptados (19,8%), conservadores (19,1%) y resignados (7,2%).

Esta clasificación de Arellano se puede aplicar a otras ciudades, ya que es más una agrupación de características humanas que una segregación por zonas geográficas o económicas. En promedio hay seres humanos que son progresistas, conservadores, etc., sin importar cuánto ganen, incluso en aquellas sociedades selváticas donde el dinero no existe.

Un caso especial son los casinos. Los ves en Lima Central y en Lima Conurbana, ya que el ímpetu por apostar lo tienen en mayor o menor medida todos los seres humanos. Siempre habrá algunas personas que son ludópatas y se irán a la ruina por pasar su vida en los juegos de azar, que en Lima, por falta de un control y reglamentación, no son de azar. He escuchado historias de gente, tanto de Miraflores como de Comas, que se ha ido a la quiebra por ir desenfrenadamente a los casinos.

El libro la Ciudad de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe… es muy recomendable de leer para entender algunos de los cambios que han ocurridos en Lima. Un punto a mejorar por los editores son los cuadros, cuyos gráficos de barras con la leyenda no son fáciles de visualizar, ya que la tonalidad de negro no basta. Es mejor poner barras con mallas, puntos u otra forma de hacerlas distinguir mejor.